"La estatua de Bronce", Lindsey Davis, 1990.
“(…) era ciudadano libre de Roma. Lo único que eso significaba era que había nacido en un tugurio, seguía viviendo en un tugurio y, salvo...
Lo único que sí sabemos es que la capacidad que tiene el cine o la literatura o los cómics para emocionarnos son reales. Y quizás algo más: que el conocimiento nos ayuda a no ir por la vida vendidos y en manos de cualquiera; nos hace, en definitiva, Todopoderosos.