En la foto posan mi abuela Mercedes, mi tía Isabel y, en el centro, sonriendo, mi madre. La Manuela.
Hoy cumpliría 81 años, nada más y nada menos. Se murió cuando sólo tenía 63.
Cada año que pasa me acerco más a la edad que ella tenía cuando empecé a conocerla. Y por eso cada vez la echo más de menos, más la entiendo y más me gustaría poder sentarme con ella a charlar, a quejarnos de todas las mentiras que nos cuentan, de toda la gentuza que nos rodea, de la soledad, de los libros, de mil historias.
Qué pena no haber podido pedirle consejo en tantas y tantas cosas, buenas y malas, que me han pasado desde que se fue.
Te quiero mucho, mamá.
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