Para llegar el bodorrio de Cáceres el viernes nos cogimos a Otto (nuestro convalenciente coche) y nos pusimos en ruta. La primera parada, para comernos los bocadillos de jamón que habíamos preparado en casa. En la foto, Jaime. Camino de Cáceres, 24 de junio de 2011.
Como somos unos padres medio regulares y no le compramos a Jaime un DVD para los largos trayectos de coche al que lo sometemos pues tiramos de lo que sea para distraerlo, en este caso fueron las revistas de Pocoyo… Camino de Cáceres, 24 de junio de 2011.
Ya en Cáceres llegamos, nos instalamos en el hotel y salimos pitando para la Plaza Mayor donde nos esperaban para la cena. La mesa llegaba hasta los soportales de la plaza… Cáceres, Plaza Mayor, 24 de junio de 2011.
Y en la Plaza la mayor diversión posible para Jaime: una fuente!!! Se puso pipando, pero hacía tanto calor que era de agradecer… Se lo pasó en grande, hizo amistad con grandes y pequeños y se acostó cerca de la 1 de la madrugada. Con razón a la mañana siguiente estaba de un humor de “mírame y no me toques” y el tío se echó una siesta de 4 horas!!! Había que estar listo para la celebración de la boda, claro… Cáceres, Plaza Mayor, 24 de junio de 2011.
Efectivamente, así cayó Jaime en su cama del hotel el viernes por la noche. Cáceres, Hotel Husa Don Manuel, 24 de junio de 2011.
El sábado por la mañana los novios nos invitaron a desayunar en un rinconcito precioso de Cáceres (y cuál no lo es?). Este era El Corral de la Cigüeña, creo, un bar de copas, de desayunos y escenario de bodas, por lo que pudimos comprobar. Degustando el completo desayuno Sergio, Jaime, Loli y Alex. Cáceres, 25 de junio de 2011.
Vuelta a la Plaza Mayor y en el único rinconcito donde había sol, afortunadamente junto a la ya famosa fuente, echamos el resto de la mañana hasta que llegó la hora del almuerzo. No se podía hacer otra cosa que intentar estar a resguardo del sol. Qué calor!!! En la foto, aparte de Adolfo y Jaime en plena acción, M. Ángeles y Adolfo (padre). Arriba, haciendo el gamberro y mojándonos a todos, Sergio. Cáceres, 25 de junio de 2011.
A la hora del almuerzo, después de recorrer dos veces la única calle de las inmediaciones que estaba en sombra, nos decidimos y entramos en El Puchero, en la Plaza Mayor, donde comimos estupendamente bien (migas, por supuesto, entre otras cosas). Jaime ni siquiera llego a ver las estupendas croquetas, cayó dormido en cuestión de minutos. Antes, los dos Adolfos posaron para él… Cáceres, 25 de junio de 2011.
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