El jueves pasado, aprovechando un ratito de sol, Jaime y yo nos dimos un paseo por nuestro barrio, Hanevoet. La verdad es que cuando llegamos en diciembre dimos por hecho que, bueno, era un vecindario mono, pero nunca como el de Nijmegen. Estábamos equivocados. Tiene rincones preciosos, un lago a la vuelta de la esquina y mucho sitio para pasear, salir a correr, pasar el día de picnic… Lo único que hace falta ya es que empiece la primavera de una vez por todas.
Nada más salir de casa, en la calle Slangenburg, tenemos estos árboles cargaditos de flores rosas. Una vista estupenda desde los dormitorios, que se ven al fondo. Eindhoven, 19 de abril de 2012.
También en Slangenburg y los mismos árboles. La calle se ve espectacular. Eindhoven, 19 de abril de 2012.
Llegando casi al lago, en la calle Uniastate, nos tropezamos con esta pequeña y pelirroja vecina... Eindhoven, 19 de abril de 2012.
Otro vecino de la zona, nadando tranquilamente en su lago. Eindhoven, 19 de abril de 2012.
Y, en el centro del lago, el vecino aristócrata. Eindhoven, 19 de abril de 2012.
Otro de los alicientes del paseo por el barrio es ir viendo jardines y casas con decoraciones originales o espectaculares. Las casas que están a pie del lago no son precisamente bonitas, pero la de la foto suple esta falta con creces con un inmenso jardín, muy bien cuidado y hasta con estanque propio. Eindhoven, 19 de abril de 2012.
Y, por supuesto, las ventanas, los escaparates más cuidados de los holandeses. A esta no le falta un detalle. Eindhoven, 19 de abril de 2012.
Como no podía ser de otra forma, aquí tenéis a Jaime, a la vuelta del paseo. Inspirado por tanto jardín y tanta naturaleza cogió sus herramientas y dio toda una clase de jardinería comentada. A propósito, lo que se ve al fondo son los restos de la cocina antigua que, afortunadamente, ya los llevó Sergio al vertedero (pobre jardín, lo que ha tenido que sufrir!! Y Sergio con la trabajera...) Eindhoven, 19 de abril de 2012.
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