El domingo estaba el sol fuera, así que había que salir, aunque fuese un ratito, al parque. Y la recompensa fue que conocimos a una familia estupenda de canarios, Lucía, Adrián, Noemí y Daniel. Los oí hablar en castellano y no me lo pensé dos veces, me fui para ellos flechada, jaja. Son vecinos nuestros, amigos de los compañeros canarios de Sergio en el HTC y tela de simpáticos.
Por supuesto, los peques no tuvieron ningún problema en ponerse a jugar enseguida. Adrián, el mayor de los tres, dirigía el juego, y Jaime, encantado de tener por fin un amiguito aquí que le entiende y viceversa. Lucía, la más peque, se nos quedaba mirando de rato en rato fijamente, pensando quizás “esta gente no habla tan raro como los demás que me suelo encontrar por aquí, los entiendo bastante bien…”. Eindhoven, 23 de octubre de 2011.
Estos dos se lo pasaron en grande. Jaime estaba eufórico!!! Eindhoven, 23 de octubre de 2011.
Pero vamos, que los padres tampoco nos quedamos cortados. Empezamos a charlar y nos quedamos solos en el parque. Los holandeses se fueron a cenar y nosotros de cháchara. Al final, Sergio nos convenció para organizar la cena en casa y seguir de palique. Los niños se lo pasaron en grande con los juguetes de Jaime y la cena estuvo genial. Habrá que repetir, no? Eindhoven, 23 de octubre de 2011.
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