Hablemos de las vacaciones de Navidad, esas que parece que pasaron hace meses y de las que hoy, precisamente, se cumple una semana que terminaron… Es tremendo esto de vivir varias vidas en una, y no es un diagnóstico, es una metáfora para referirme a esta vida llena de “novedades” que lleva una… Dos semanas enteritas en el Puerto deben dar para mucho, pero cuando se tienen ganas de descansar, de tomarse las cosas con tranquilidad, de no complicarse muchos las vacaciones, éstas pasan volando y el balance es más bien del tipo: “pero no hemos ido a…? no hemos visto a…? al final no fuimos a…? ”. En definitiva, que aquí está la primera entrega.
Comenzaron en el aeropuerto de Eindhoven, esperando el avión para Sevilla. Nos acompañaba Jorge, que había venido a echarnos una mano con las primeras reformas de la casa. Había que llegar al aeropuerto con tiempo, teníamos que facturar, pero es que además íbamos en autobús y sin tener ni idea de los horarios. El resultado fue más de una hora de larga espera en la sala de embarque que a Jaime se le hizo eterna. Además, el avión salió con un poquito de retraso. Eindhoven, 20 de diciembre de 2011.
Aunque parezca medio dormido en la foto, Jaime estuvo todo el viaje despierto, Sergio lo puede corroborar. En algún lugar entre Eindhoven y Sevilla, 20 de diciembre de 2011.
Y a la llegada, pues claro, todas las atenciones eran pocas para el esperado protagonista. Primero en casa de los abuelos y luego en la de las titas, Jaime se dejó querer. La novedad fue que a la hora de irse a la cama nos pidió a Sergio y a mí que le lleváramos a su casa nueva: “Pero está en Holanda, Jaime”, “Pues cogemos tú y tú y yo un avión y nos vamos a Holanda…”. Pobre mío. El Puerto de Santa María, 20 de diciembre de 2011.
La panorámica está tomada desde el balcón de nuestro piso en El Puerto y es que la primera semana fue de niebla densa que sólo se despejaba en las horas centrales del día. Merecía la pena retratar el paisaje que, aquellos que lo conozcan lo entenderán, era inédito: no se veía ni Pinar Alto ni la Iglesia., ni La Palma... El Puerto de Santa María, 24 de diciembre de 2011.
La Nochebuena fue en casa de los abuelos paternos. A mitad de la cena Jaime sucumbió al descontrol de horarios que ya acumulaba y se retiró discretamente al sofá a dormir. Luna, acostumbrada a hacer alguna que otra siesta en esa misma posición, aunque en otro regazo, se apuntó a este fin de fiesta. El Puerto de Santa María, 24 de diciembre de 2011.
Y estaban los dos para retratarlos. Daba pena despertar a Jaime… Pero lo hicimos, somos así. Pero también porque sabíamos que al llegar al piso y ponerle el pijama, se volvería a dormir, él es así… El Puerto de Santa María, 24 de diciembre de 2011.
Y a la mañana siguiente llegaron los Reyes a Pinar Alto!!!! Adelantados por causa de los “holandeses” pero, como siempre, muy generosos. El Puerto de Santa María, 25 de diciembre de 2011.
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