Una semana tardamos Jaime y yo en hacer nuestra peregrinación a Ikea... Sin GPS, ni copiloto, ni ayuda, ni nada de nada, me pongo yo misma el gomet por haber llegado a la primera, sin perderme ni una sola vez y con Jaime atrás haciendo mil preguntas. Los comentarios malintencionados hablan de algún chip implantado por los suecos para que las “Ikeaholics” no suframos demasiado para alcanzar nuestro objetivo…
Nos sentamos a comer y Jaime estaba tan mono que no me pude resistir a sacar la cámara y empezar con la sesión. Él, con su actuación. Ikea Eindhoven, en Son, 6 de septiembre de 2011.
Comiendo a dos carrillos y a dos manos. Tras el verano, Jaime seguía con su apetito voraz… Ikea Eindhoven, en Son, 6 de septiembre de 2011.
Y después del almuerzo, un heladito. Ikea Eindhoven, en Son, 6 de septiembre de 2011.
Y su primera conversación con un holandés. Ahí aún pensaba yo que tarde o temprano se frustraría por no entender y no ser entendido. Ahora, dos semanas después y tras haberlo visto en la guardería, puedo decir que le da exactamente igual. La profesora me ha dicho hoy que él va hablando todo el tiempo, que no lo entienden y que él tampoco les entiende a ellas pero que él está feliz en la guarde desde que entra hasta que sale… Ikea Eindhoven, en Son, 6 de septiembre de 2011.
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