El verano pasado descubrimos Dordrecht, una preciosa ciudad a orillas del río Merwede, con canales, casas típicas holandesas (en la arquitectura y en lo peligrosamente inclinadas) y una catedral espectacular.
A tan solo 60 km de Eindhoven, fue la elegida por Merchi y Manolo (aunque él ya la conocía del verano) para, entre tanta compra y tanto preparativo navideño, hacer algo de turismo.
Para evitarnos sofocones con el coche decidimos ir en tren y estrenar, por fin, mi OV Kaart, con la que viajábamos con un 40% de descuento. Y, además, en el tren se puede colorear y ¡¡¡hasta hacerle a tu hermana un gorro monísimo de ganchillo!!! Camino de Dordrecht, 2 de enero de 2014
Al bajarnos del tren nos dio el bajón: Frío, lluvia, viento... Pero encontramos un Pipoos, y cuánto tiempo no echaríamos dentro que, al salir, el cielo estaba azul y hasta hacía mejor temperatura. Así que nos fuimos de paseo junto a la Grote Kerk (también conocida como Onze Lieve Vrouwekerk). Dordrecht, 2 de enero de 2014.
Y en los alrededores de la Catedral, postal typical dutch: Canales y Casas inclinadas... Dordrecht, 2 de enero de 2014.
Y fotos de grupo. Pero con efecto. Dordrecht, 2 de enero de 2014.
Nuestro objetivo era tomar un barco, el que fuera. Al bajarnos del tren y "visitar" la oficina de turismo, nos enteramos de que los barcos que se pasean por los canales de la ciudad sólo trabajan en primavera y verano. Así que nos fuimos en busca de los ferrys que cruzan el río. Y esperando en el embarcadero, posamos un ratito. Dordrecht, 2 de enero de 2014.
A modo informativo, los recorridos que hace la compañía de ferrys. No contaré cuál fue nuestro absurdo periplo porque tampoco es plan de tirar piedras sobre nuestro propio tejado. Aunque es fácil de deducir. Dordrecht, 2 de enero de 2014.
Sólo diré que el primer intento de tomar el ferry fue fallido, lo que nos obligó a atravesar media ciudad en busca del otro puerto desde donde salían los que hacían un recorrido más largo. Y durante la caminata, y gracias a ésta, pues reportaje fotográfico. Al fondo, la Onze Lieve Vrouwekerk. Dordrecht, 2 de enero de 2014.
Este año Sinterklaas me trajo una cámara de fotos que hace unas panorámicas de lujo, y hay que sacarle provecho. Junto al Engelenburbrug, vista de la Onze Lieve Vrouwekerk. Dordrecht, 2 de enero de 2014.
Y más Onze Lieve Vrouwekerk, esta vez a contraluz y con las vidrieras en todo su esplendor. Dordrecht, 2 de enero de 2014.
Como el paseo prometía ser un poco agotador, nos tomamos un respiro en un banquito frente al Niuwe Haven, el ancho canal que hace de puerto para cientos de embarcaciones de recreo. Vistas hacia un lado y al otro. Dordrecht, 2 de enero de 2014.
Y casi a punto de triunfar y tomar, por fin, algunos de los Ferrys, a Manolo se le ocurrió hacerse una foto de turista, turista. No se cayó al agua, pues... porque no se cayó, pero el resbalón nos acojonó, y bastante. Dordrecht, 2 de enero de 2014.
Efectivamente, ¡¡lo conseguimos!! Aunque al final de los dos trayectos que hicimos y entre tanta fotito, tanto vídeo y los revisores de los tickets, tal como Merchi comentó: "la paliza que nos hemos metido para estar diez segundos en barco". Dordrecht, 2 de enero de 2014.
Pero mereció la pena. La vista era preciosa, la hora del día la mejor, y conseguimos fotos estupendas. Dordrecht, 2 de enero de 2014.
Una visita improvisada que resultó todo un éxito. Tuvimos un tiempo de lujo, nos montamos en un barco, vimos más de lo que planeábamos gracias al obligado paseo en busca del ferry y ¡¡Merchi encontró el té que buscaba!! Dordrecht, 2 de enero de 2014.
A la vuelta estábamos hechos migas. En el "saloncito" del vagón en el que nos subimos: Merchi con un trancazo tremendo, Jaime derengado y Manolo, cómo siempre, sin perder su sonrisa... Camino de Eindhoven, 2 de enero de 2014.
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