Efectivamente, existe un pueblo que se llama Foios, muy cerquita de Valencia. Uno de los pueblos de L’Horta Nord, pequeñito, rodeado de huertas pero con línea de metro y acceso a la playa (que no “en” la playa…). Y bueno, en algún momento de su historia fue conquistado para los cristianos por Jaime I, por supuesto…
¿Y cómo hemos acabado nosotros aquí después de nuestro periplo holandés? Pues precisamente por culpa de Holanda. Buscando una casa lo más parecido a nuestra Wedesteinbroek, 21-37 encontramos esta e hicimos todo lo posible por alquilarla. Atrás queda el año en el ático de Patraix, con todo lo bueno (el barrio, las vistas…) y lo malo (el Mandingo, el frío, el calor…) y el fugaz mes en el Carmen, con el infausto recuerdo del Turmix y los desaprensivos de las bicis en los balcones.
Pero dominando toda la escena ha estado desde el principio Jaime: el embarazo, su nacimiento, los sofocones de unos padres primerizos e histéricos (mala conjunción), la Generación 2009 y sus mamás, la guardería y las mejores profes del mundo… Y, en medio de toda esta vorágine, Sergio y yo intentando rescatar algo de lo que éramos antes de la nueva conquista de Jaime I. Éxito relativo, debo decir… Pero bueno, ahí seguimos en nuestro empeño. Por lo pronto este mes hemos retomado nuestras bicis y ahora dejamos el coche y el bono metro en casa y nos aprovechamos del magnífico carril bici que desde Meliana (a 1 km de Foios) nos une con Alboraya y la guardería de Jaime, y la Universidad Politécnica y el trabajo de Sergio. Ahora sólo falta que el carril bici llega hasta Foios y que continúe por Valencia… En fin, que de alguna forma tenía que volver a escribir en el blog...
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